¡Aquella tarde de alcoba!
En el silencio de la siesta,
fiesta.
Entre gemidos,
se te cayó un ‘te quiero‘, boba,
en mi oído
cuando te corriste.
¡Jamás lo reconociste!
(Esos versos se encontraron escritos en una papeleta de voto, el día de las elecciones, cuando hacían recuento. Venía firmada por el Arcipreste de Ítaca, vivales)
Es que las siestas son el mejor momento, y ya uno pierde el control y dice cosas raras…