Bajo tu ombligo
me gusta tu lunar.
Me señala el camino
─Por aquí hay más.
Y los vecinos
desde el portal
oyen los ecos
que hacen mis besos
al avanzar.
Bajo tu ombligo
me gusta tu lunar.
Me señala el camino
─Por aquí hay más.
Y los vecinos
desde el portal
oyen los ecos
que hacen mis besos
al avanzar.
Hola, Duarte!
Quería decirte algo fabuloso y no me sale. Pero me parecía de justicia ponerte algo, porque me acabo de leer seguidas todas las entradas desde esta hasta la última en la que comenté…
Vale, probemos con esto:
¡Poeta!
🙂
¡Raquel! Jo… Yo sí-que-no-sí-que-no-sí-que-no-sé-qué-de-cir.
¡Muchas gracias!